22/04/10
La huelga de trenes de Francia finaliza tras quince días
La huelga de los ferrocarriles franceses, que se ha prolongado durante quince días, finalizaba ayer con las últimas bolsas de resistencia que se mantenían al sur del país, coincidiendo con las primeras reuniones entre los sindicatos y la dirección, y en medio de fuertes críticas a los convocantes.
El director de recursos humanos de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles
(SNCF), François Nogui, destacó que más de una decena de asambleas generales
durante la mañana habían votado el fin del paro, y aseguró que no ha habido
concesiones a los huelguistas.
"Es una huelga lamentable que los usuarios de la SNCF han entendido
mal", comentó a la prensa Nogui, que explicó que la dirección desde
el principio de la protesta, que había tenido un seguimiento minoritario
pero que obligaba a suprimir trenes, sobre todo en el sur, había querido
demostrar que "privilegiamos la negociación y que no damos una prima
a la huelga".
El responsable de recursos humanos estuvo recibiendo por separado durante
la mañana a los responsables de las cuatro centrales representativas de
la empresa, empezando por las dos que no habían organizado la protesta,
la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT) y la Unión Nacional de
Sindicatos Autónomos (UNSA).
Luego llegaron los de los dos convocantes del paro, la Confederación General
del Trabajo (CGT, mayoritario en la SNCF) y SUD Rail, el más radical y el
más reticente a poner fin al movimiento.
A todos ellos les indicó que habrá una mesa redonda de negociación a mediados
de mayo, al tiempo que se llevan a cabo discusiones en las regiones.
Según las primeras evaluaciones, el paro iniciado el pasado día 6, y que
según la dirección ha tenido un seguimiento medio en torno al 4% del personal,
le ha costado a la compañía estatal más de 100 millones de euros de pérdidas,
de los cuales una treintena de millones lo sufría la división de transporte
de mercancías, que ya es fuertemente deficitaria.
Pero más allá de esas pérdidas, los convocantes han sido duramente criticados
por mantener tantos días las medidas de presión y de no haber cambiado en
su posición ni siquiera cuando el cierre de los aeropuertos franceses hizo
que cientos de miles de personas buscaran en el tren un medio alternativo
para viajar y se encontraran con más perturbaciones en el tráfico ferroviario.
El ministro de Trabajo, Eric Woerth, consideró hoy que en una democracia
están "las relaciones de fuerza" entre trabajadores y empresas,
pero "la huelga no es más que un recurso último" y en el caso
de la SNCF, que ya ha sufrido tres paros en enero, febrero y marzo, "hay
otros medios para avanzar en el terreno social".
Menos diplomático fue su colega responsable de la cartera de Industria,
Christian Estrosi, que descalificó la actitud de SUD Rail y dijo que de
haber estado en Haití tras el terremoto hubieran sido capaces de hacer una
"huelga de desescombro".
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